EDITORIAL

APORTE PREVISIONAL: ¿IMPUESTO INFAME, O VERDADERA FORMA DE AHORRO?

En tiempos difíciles, como los que periódicamente nos toca transitar, la posibilidad de ahorrar se vuelve ilusoria. Más aún dentro del contexto que la continua presión de las cargas estatales, el costo de los servicios, muchos de ellos imprescindibles para la vida diaria, tanto como el impacto de la crisis económica en la canasta básica, imponen mes a mes sobre los ingresos generados a través del ejercicio profesional.

En la misma serie de dificultades se suele ubicar la cuestión previsional que, junto a las obligaciones matriculares, condición necesaria para el ejercicio legal de la psicología, además de las impositivas (componente del Monotributo e Ingresos Brutos), se constituyen en prerrequisito para la práctica de nuestra profesión – y de todas las otras – en la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, los aportes previsionales no presentan las mismas características que las de un mero impuesto o tributo que, con una clara finalidad recaudatoria, se vuelca al sostenimiento de cargas públicas.

A diferencia del resto de las imposiciones, cada aporte mensual ingresado por un profesional de la psicología volverá en el futuro a sus bolsillos, pero actualizado en su monto.

Actualización que, asimismo, debería superar la devaluación acumulada de la moneda a lo largo del tiempo que transcurra entre el pago de ese aporte por parte del afiliado, y el cobro de la jubilación que, mes a mes, le pagará la Caja de Psicólogos a partir de los 65 años. Porque recordemos que el futuro llega, y de modo ineludible...

Contrariamente a lo que pudiese insinuar el sentido común, cada afiliada y cada afiliado no sólo recibirá lo aportado, actualizado en su valor en pesos. Sino, incluso, más de lo que realmente aportó.

Atendamos a los siguientes puntos:

1) a lo largo de los 30 años de ejercicio de la profesión (art. 52º de la ley 12.163) un afiliado o afiliada paga una cantidad de 360 aportes mensuales (12 aportes por año, durante 30 años); si esos aportes los paga al Nivel 2 (proporción similar en los cinco niveles de aportes) ingresará a la Caja de Psicólogos, a razón de 40 módulos mensuales, un total de 14.400 módulos previsionales (el modulo previsional es la moneda de cambio del sistema, y su valor en pesos se actualiza cada año en la Asamblea Ordinaria de mayo, por medio del voto de los afiliados, en función de los índices de inflación anual acumulada);

2) a los 65 años de edad (edad mínima para acceder a la jubilación) un afiliado o afiliada que decida jubilarse luego de 30 años de trabajo, recibirá cada uno de aquellos 14.400 módulos aportados a lo largo de ese tiempo, en pesos, actualizados por inflación, durante los siguientes 6 años (13 haberes de 180 módulos por año, como piso);

3) sin embargo, a partir de la edad de 71 años, habiendo ya consumido la totalidad de aquellos 14.400 módulos efectivamente aportados, cada haber mensual de jubilación que sea depositado en su cuenta bancaria será financiado por el sistema colectivo de reparto;

4) así, desde los 71 años, y hasta los 80, esa misma afiliada o afiliado recibirá 21.060 módulos adicionales (que se agregarán a los 14.400 módulos aportados durante 30 años), en concepto jubilación mensual y aguinaldos. Y de igual forma a partir de 80 años, de por vida, y dejando derecho a pensión vitalicia para el cónyuge supérstite.

Si bien los aportes previsionales resultan una imposición del Estado, bajo cuya delegación funcionan las Cajas para Profesionales, a partir de lo determinado por el art. 14 bis de la Constitución Nacional, podemos afirmar que constituyen, indudablemente, un verdadero ahorro.

Para argumentarlo, nos apoyamos en la definición del verbo transitivo `ahorrar´ que brinda la Real Academia Española: “reservar una parte de los ingresos ordinarios” (“ahorrar para la vejez”), en su primera acepción; o “guardar dinero como previsión para necesidades futuras”, en la segunda.

Y ello resulta posible, desde el momento en que el Sistema de Seguridad Social de los Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, no es un sistema de capitalización individual, sino un sistema solidario de ahorro colectivo.

Estamos convencidos que, en la Caja de Psicólogos, el todo es más que la suma de las partes.

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